Catedral
Nueva de Salamanca. Impresionante como pocas, la Catedral Nueva
de Salamanca se revela de noche. Este templo, que tenía como objetivo sustituir
a la Vieja Catedral, se ha convertido junto con la Universidad de Salamanca en
uno de los referentes de la ciudad.
Fray Luis
de León. La estatua de Fray Luis de León contempla una
plaza que durante la noche gana todo su esplendor. Perteneciente a la Escuela
Salmantina, los restos del poeta español descansan en la Universidad, que fue
fundada en 1218 por Alfonso IX de León.
Calle
Compañía. En esta calle, lo mismo subes que lo mismo bajas.
Lo mismo paseas de día, que se te echa la noche encima. Pero se mire por donde
se mire, la es una llamada a encerrarte en la ciudad.
Calle
Compañía. Salamanca no es una ciudad más de la Península. No
se le pueden aplicar las mismas leyes; ni los mismos refranes. Aquello de «más
vale solo que mal acompañado» pierde todo el sentido en esta calle. No se
corten, agarren por la cintura a su pareja y disfruten del paseo.
La rana y
la Universidad. ¿Quién
no ha oído que en la fachada de la Universidad de Salamanca hay una rana? La
leyenda dice que los estudiantes de Salamanca tenían que verla para aprobar,
aunque algunos señalan que, al estar posada sobre una calavera, su verdadero
significado guarda relación con la lujuria de todo aquel que pecaba.
Plaza
Mayor. Considerada una de las plazas más bellas de
Salamanca, es un rincón que sedujo al mismísimo Miguel de Unamuno que aseguró:
«Es un cuadrilátero. Irregular, pero asombrosamente armónico».
Calle del
Silencio. Salamanca
guarda rincones que sólo se revelan por la noche. Callejeando cerca de la
Catedral Nueva, la calle del Silencio da paso a la del Tostado, donde ya
tenemos permiso para volver a hablar.
Los Dominicos o Monasterio de San
Esteban
Iniciada en 1524, es una de las impresionantes fachadas que esconde Salamanca.
Las manos de cinco arquitectos, una decena de pintores, seis escultores,
veintidós tallistas y más de ochocientos obreros y artesanos, cuidaron al
detalle esta construcción que merece ser descubierta en la oscuridad de la
noche que esconde Salamanca. Las manos de cinco arquitectos, una decena de
pintores, seis escultores, veintidós tallistas y más de ochocientos obreros y
artesanos, cuidaron al detalle esta construcción que merece ser descubierta en
la oscuridad de la noche.
La casa de
las conchas. Son 373 conchas las que adornan
la fachada de este edificio, que esconde un patio donde el silencio marca el
ritmo de los estudiantes que entran para estudiar en la biblioteca. La leyenda
cuenta que debajo de cada una de las conchas hay una moneda de oro que don
Rodrigo Maldonado de Talavera mandó construir hacia 1493
Salamanca
ciudad de película. Sus
calles han sido escenario de numerosas películas, y muchos actores de la talla
Dennis Quaid o Sigourney Weaver han reconocido su extraordinaria belleza.
La Real
Clerecía. El edificio de la Real Clerecía es conocido popularmente
como La Clerecía de Salamanca. Poco más se puede añadir ante el clamor del
pueblo después de más de 300 años en pie. Iglesia, colegio y residencia, son,
desde 1940 parte de la Universidad Pontificia de Salamanca.
El
Astronauta de la Catedral Nueva. Construida entre los siglos XVI
y XVIII la catedral de Salamanca esconde sorpresas de todo tipo. Durante la
restauración de 1992, el cantero Miguel Romero Jerónimo incorporó en la Puerta
de Ramos, la figura de un astronauta, como homenaje al siglo XX.